jueves, 27 de agosto de 2009


CRONOS MUERE A LOS PIES DE TITAN.

-Relincha la yegua pateando nubes. El mozo acaricia su cuello y le habla al oído mientras mira sus ojos rasgado, color de miel, a través del precioso brión bordado. Fuerza y temple en sus manos, el zagal. El corazón golpeándole la muralla del pecho. Al fin el grito: ¡Caballo en carrera! Como un fantástico centauro de cinco cabezas, mozos y animal, fundidos, ascienden al cante sobre el esqueleto transparente del viento hasta la cumbre y la gloria. El gentío enardecido se abre como cortado a cuchillo para volverse a cerrar tras el loco paso del Caballo del Vino guiado por los cuatro caballeros. Ochenta metros; el gesto roto; los dientes enclavijaos; las aletas de la nariz abiertas aspirando aire, más aire, más; la boca, ya, se abre sin aliento. ¡Vamos, vamos, vamos! grita el zagal que lleva la rienda. Nueve segundos: la leyenda, la hombría, la fuerza, el vino, las flores, la bendición, el triunfo, la emoción… << ¡Yo he subido La Cuesta!>>, grita el mocito, y está gritando su alma: << ¡Soy un hombre!>>. Se desmaya el sol sobre su cuerpo. Cronos muere a los pies del titán.

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